jueves, 1 de octubre de 2009

Wonderwoman en la cocina: política, artista o maestra de la logística

"Cuando un hombre se echa atrás, retrocede de verdad. Una mujer sólo retrocede para agarrar carrera." Zsa Zsa Gabor
Ofrezo disculpas de antemano para mis cibernautas varones [que curiosamente son la mayoría], pero esta semana he tenido la mala suerte de escuchar diversos comentarios de algunos varones de diferentes edades, que son cercanos a mi por las actividades laborales y académicas que desempeño, quienes aún cuando cuentan con un nivel de estudios superior al de una licenciatura, consideran que las mujeres no somos lo suficientemente capaces para crecer en lo profesional y lo personal sin que estemos supeditadas al apellido o cobijo de un hombre.

Les juro que me aterrorizó que en pleno siglo XXI existan aún personas del género masculino que fluctúen entre los 25 y 65 años que consideren por un lado, que el hecho de que una mujer trabaje sea considerado como una cualidad y parte integral de la realización personal o que el hecho de ser mujer sea un impedimento para aceptarte en un empleo y se convierta en una causal de discriminación; o la retórica de siempre: que somos muy conflictivas y no sabemos hacer equipo entre nosotras por envidiosas y por último, hasta la simpática cita de que los hombres demuestran su superioridad hasta en labores femeninas como en la cocina y que prueba de ello es que los mejores Chefs del mundo son varones.


Aunque quizás en número los chefs más famosos del mundo sean hombres, no debemos dejar de lado que precisamente por esas condiciones de discriminación ellos comúnmente tienen mayores expectativas educativas que las mujeres. Sin ánimo de entrar en una lucha de sexos, no es el tema ni foro para discutir pero sí para sensibilizar, estoy segura de que si a todas las mujeres que predican el culto a la cazuela como yo, nos dieran la oportunidad de profesionalizarnos en la materia, seríamos mayores en número y con reconocimientos internacionales como Ferrán Adriá, Jacques Decrock, Alain Ducasse, Juan Mari Arzak, Nobu Matsuhisa, Charlie Trotter o Tsetsuya Yakuda.

En México, el género femenino empieza a tener un apogeo en la cocina con nombres tan reconocidos como Carmen Ramírez Degollado, Lula Martín del Campo, Paola Garduño, Alicia Gironella, Mónica Patiño, Patricia Quintana y otras más que son denominadas como estupendas mayoras, pero que aún cuando son increíblemente buenas en lo que hacen, no han sido reconocidas porque no son Chef.

En este orden de ideas, vuelvo a pedir una disculpa a mis seguidores del género masculino, porque nuestro espacio está dedicado en esta ocasión a todas aquellas mujeres que luchan todos los días o los fines de semana por hacer una labor más difícil que el Presupuesto de Egresos de la Federación por el que se pelean los diputados en estos días: decidir qué se compra, cómo se cocina, con qué tiempo se cuenta y con qué se combina. Por ello mis queridos lectores, les pido que sigan las recetas de hoy y se sumen a este esfuerzo por reconocer la labor de la mujer en todos los ámbitos.

Segura estoy de la precisión con la cual se pretende decidir a diario la logística de elaborar un platillo sano, sabroso, sustancioso que alcance al presupuesto asignado y con límite de tiempo [sí como en la lucha libre], ya que entre las diversas actividades diarias, el tráfico y el trabajo de la casa o de la oficina con el que nos enfrentamos en las ciudades agitadas, cocinar se vuelve un lujo.

Aunado a lo anterior, no falta que haya por ahí un Memito que diga: ¡Mamá, te he dicho mil veces que odio los chayotes!, o un Arturito que diga: se coció mucho el brócoli. O el marido que dice: Amor, esto está lleno de grasa y yo quiero bajar la panza.

A simple vista, las labores culinarias son muy sencillas, sin embargo tod@s sabemos la cantidad de tiempo y esfuerzo que se dedica realmente a ello, así que colegas mujeres, yo reconozco su esfuerzo y su trabajo para hacer política, sí, leyeron bien, política, ya que aseguro que aunque a Memito (sea tu hijo, sobrino o marido) no le gusten los chayotes, seguramente se los escondes en un buen pastel de carne y, podría jurar que soy asertiva si digo que como a Gerardito no le gusta el brócoli hipercocido con mayonesa, pues por qué no probar con una receta con arbolitos crudos para que su flora intestinal y su sentido del gusto queden complacidos.

Por todo lo anterior,aún cuando no tengan un título de Chef, me permito otorgarles un reconocimiento por ser las artistas en la logística y la política del desayuno, lunch, comida y cena de una familia de diez o de uno. Mi percepción es que todas ustedes son unas honoris causa en el manejo de la institución familiar y por ende, unas profesionales culinarias porque todos los días efectúan esta labor desde el momento en que estructuran la logística cuando eligen los vegetales en el mercado o supermercado, hasta que deciden qué preparar para el menú diario sin salirse del presupuesto.


Por todo lo anterior, un humilde reconocimiento de mi parte en este espacio y les pido de sobremanera, que no se pongan caricaídas cuando noten que en pleno siglo XXI seamos discriminadas, poco reconocidas o ignoradas por los demás, porque contrario a lo que los varones creen: somos un equipo solidario y como tal nos apoyamos.

Para abrir boca, me permito compartir las siguientes recetas enviadas por dos Wonderwomen que conozco: Patty Montes y Norma Irlanda.


Ensalada de Brócoli (4 personas)


Patty Montes
Ingredientes:
- 1 kg de brócoli
- 100 grs de tocino de cerdo (puede ser pavo para manejar menor valor calórico)
- 1/4 de taza de mayonesa, mezclada con otro cuarto de yoghurt o crema
- ralladura de un limón
- jugo de un limón
- sal y pimienta al gusto

Preparación:
Cortar los ramitos del brocoli dejando el tallo pequeño. Posteriormente lavar y poner en yodo para desinfectar igual que cualquier verdura cruda. Freir 2 o mas rebanadas de tocino y escurrir.

En un recipiente mezclar la mayonesa con la crema o yogurth, la ralladura de limon, el jugo de limón, sal y pimienta, hasta que quede un aderezo suave.

Se pica el tocino y se agrega al brócoli, el cual previamente ha sido situado en un platón o ensaladera. Se decora con unos tropiezos de arándano.

Patty Montes nos dice: Buenisima y con mucha fibra.. GRACIAS PATTY.


Pastel de Carne (5 personas)
Ingredientes:

- 1 kg de carne molida (res, cerdo, pavo, pollo, la que gustes)
- 1 calabaza
- 1 papa
- chicharos
- 1/2 cebolla
- zanahoria, espinaca, apio o col. (en pocas palabras cualquier verdura que tengas olvidada en el refrigerador cual "muñeca fea")
- 1/4 de taza de salsa catsup
- 2 cucharadas de mostaza
- 1 cucharadita de salsa inglesa
- sal y pimienta al gusto


Preparación:

Pica todas las verduras que tengas, a excepción de los chícharos, y mézclalos con las manos bien limpias con la carne hasta que queden esparcidas todas las verduras. Agrega el catsup, la mostaza, salsa inglesa, sal, pimienta y si gustas cilantro. Mezcla bien.

Agrega el contenido en un refractario (yo no le pongo grasa, no es necesario), pero sí así lo prefieres agrega un poco de aceite y agrega la carne al refractario y ponla a hornear un espacio de 30 minutos a 150o C. No la tapes porque es necesario que dore.

No necesita huevo ni pan para ligar. No obstane lo anterior, si gustas puedes agregar para darle un sabor más fuerte, una lata de jamón del diablo, tocino o pimientos morrones en lata.


Flan de Mamey

Norma Irlanda
Ingredientes:

- 2 latas de leche condensada
- 2 huevos enteros
- 1 yema
- 4 tazas de pulpa de mamey
- 2 cucharas de piñones
- ½ taza de azúcar


Preparación:

Poner en una sartén el azúcar y calentar a fuego lento. Cuando abrillante, subir el fuego hasta que tome color café claro. Vertir el caramelo en el molde para flan. Inclinar el molde por todos lados para que el caramelo recubra las paredes. Debe quedar parejo. Retirar del fuego y dejar enfriar. (Se debe de tener mucho cuidado con el manejo del azúcar, alcanza temperaturas muy altas)

Licuar los huevos, la mitad de piñones y la leche con el mamey hasta que quede todo bien molido. Vaciar la mezcla en el molde y poner a baño María durante 40 minutos a fuego lento.

Cuando esté listo el flan, dejar enfriar y meter al refrigerador. A la hora de servirlo, se vacía del molde y se puede adornar con la mitad de piñones sobrantes.