jueves, 2 de julio de 2009

Cita culinaria

"No hay amor más grande que el amor a la comida". George Bernard Shaw

SOPA DE MANZANA

Grado de dificultad: Fácil

Ingredientes:

Preparación:

1. Se ponen todos los ingredientes en la licuadora para mezclarlos , y se le agrega un poco de caldo de pollo.
2. Se pone a sazonar en un sartén, de 5 a 10 min. Aproximadamente.

3. Mientras tanto se parte una manzana de tal forma que quede como recipiente para la sopa, por lo que se le debe quitar el relleno.
4. Una vez sazonada la sopa, se vacía dentro de la manzana y se tapa con la parte que se cortó.

Esta sopa es apetecible para los días fríos, nublados y lluviosos como hoy

miércoles, 1 de julio de 2009

MI DEFINICIÓN LITERARIA DE LA MANZANA

Incitante fruto comestible con personalidad definida, en cuatro diversos tipos:






La joven y tímida manzana verde. Adolescente cuya esencia está en desarrollo. De aroma discreto, tacto firme, sabor acuoso y aspecto inexperto. Porta un vestido de tono alimonado, luce formas redondeadas y pueriles. A la vista refleja una apariencia de alegría y juego.




La seductora y soberbia manzana roja. Enfundada en un vestido de satín rojo, enamora a los que posan su vista en ella con su forma estilizada. Conoce sus encantos y orgullosamente los exhibe mediante su notorio sonrojo borgoña, evocando los labios que no se cansan de ser besados. Su poder de seducción es tal que puede atrapar y envenenar al degustar su jugosa pulpa, cuyo sabor se adivina por medio de su perturbador perfume.

Es tan deliciosa, altanera y provocativa que evita la compañía; su soberbio paladeo y madurez, proyecta tentación y lujuria.







La sofisticada y notoria manzana rayada. De formas insinuantes, menos pretenciosa que la roja, de aroma sofisticado. Posee tanta seguridad en sí, que sabiendo que es menos provocativa y jugosa que las anteriores, no teme acentuar sus encantos en compañía de un trozo de canela o de un terrón de azúcar.


De elegante y vanguardista atavío, en una aún estilizada figura, aprovecha las líneas verticales para lucir su madurez plena y sofisticación. Sabe que no necesita perturbar con su perfume, brillo o firmeza, ya que sus tonos ácidos al paladar son sólo producto de la experiencia adquirida a través del tiempo, lo cual la transforma en una clase diferente y majestuosa.


La sabia manzana amarilla. Es aquélla redonda, de tonos ámbar, que se cosecha en invierno. De apariencia menos firme y pulposa, al paladar adolece de jugo, es arenosa, empero, más dulce y armoniosa. Es maternal, cura los entuertos a través del sacrificio de sus limitados jugos y martirizada al prensarla para elaborar compotas. Al sumergirla en agua en ebullición, sana con su abrazo al alma agobiada.

Parte de la madre naturaleza, sapiente que no incita y trasciende a través de su calor, dulzura y maestría, en consuelo del sujeto que la degusta.

Pechugas de pollo rellenas de manzana y queso Gouda

(Receta para 4 personas)
Nivel de dificultad: fácil
Ingredientes:
  • 1 kilogramo de pechuga de pollo aplanada (alrededor de cuatro ó cinco piezas)
  • 3 manzanas verdes ralladas
  • 3 trozos de apio picado
  • 300 grs. de queso gouda rallado
  • 2 tazas de vino blanco dulce
  • 1 cucharada de aceite de olivo
  • 2 cucharadas de azúcar

Preparación

En una sartén caliente, se vierte el aceite de olivo y se sellan las pechugas por ambos lados, evitando que se cuezan en su totalidad. Se sacan del aceite y se rellenan de queso gouda, apio y manzana. Se enrollan y ya sea con un palillo o con un hilo blanco, se enrollan, se espolvorean en azucar y se pasan rápidamente por el sartén de nuevo hasta que el azúcar se acaramele.

Se sacan las pechugas de nuevo ya doradas por fuera, y se colocan en un recipiente. Posteriormente, se les agregan dos tazas de vino blanco y se meten al horno a 180° C, por espacio de 25 o 30 minutos (dependiendo del término que queramos dar al pollo, si cocido o bien cocido)

Se sugiere servir con un arroz blanco, o en su caso con un puré de papa.

BIENVENID@S

En este espacio, pretendo invitarles a entreverar el arte de la literatura con el de la gastronomía. Sé, que desde niños nos educan diciéndonos que leer en la mesa mientras comemos, es de mala educación; sin embargo yo estoy convencida de que hablar de ambas cosas no resulta tan descabellado.

Considero que la gastronomía es un arte, pues es una forma de expresión y de cultura, la forma de preparar los platillos, los ingredientes y las razones históricas por las cuales se crean me parece que son una llave que nos lleva a conocer el espíritu de otras culturas. También estoy convencida de que en estos tiempos de globalización la fusión de cada ingrediente y de cada especia, pueden enriquecer nuestros platillos y nuestro espíritu mediante el placer.

Por otro lado la literatura, es un arte tan completo que nos da la oportunidad de vivir situaciones y sensaciones que podemos o no, haber experimentado: viajar a lugares desconocidos, convertirnos en parte del mundo del personaje, conocer la vida interna de artistas, políticos, amantes, artistas, homicidas, cosas animadas; así como un sinfín de circunstancias y turbuelencias sucedidas en el espacio y en el tiempo que sus autores crean para nuestro crecimiento y diversión.

Me encantará su participación con recetas y literatura que estén relacionadas con el tema de la semana y por supuesto todas las sugerencias son bienvenidas.

En esta primera publicación, me permito poner sobre la mesa el primer tema relacionado con el tema gastrónomico y literario de la semana: La manzana, ¿tentación, fruta o pecado?